Ahora, con nuevas generaciones de tecnologías, las impresoras 3D han mejorado su rendimiento y los resultados que pueden llegar a alcanzar en el sector. Pero ¿cómo elegir una impresora dental 3D para clínica o laboratorio dental?
La impresora dental 3D trajeron consigo gran cantidad de nuevas ideas para la fabricación de aparatos protésicos y aditamentos dentales, hechos a partir de esta tecnología, que disminuye en gran medida la posibilidad de error que del método analógico.
En la Odontología podemos observar el gran cambio que ha tenido gracias a la tecnología digital, que ha ayudado a hacer más fáciles procedimientos y técnicas, entre las que las la odontología restauradora es lo más favorecido.
Como toda nueva tecnología, la impresora dental 3D, al inicio tenían muchas áreas de oportunidad, que con el tiempo tuvieron que ir perfeccionando. La mayoría de estas máquinas pasan la mitad del tiempo de vida en mantenimiento y creando piezas fallidas.
Formas de Fabricación
Puede llegar a ser por fabricación formativa, que es la remodelación de una pieza de trabajo sin reducir o agregar material; por fabricación sustractiva es cuando se usan sistemas de tallado para dar forma a un objeto eliminando el material no deseado de un bloque; y por último la fabricación aditiva consiste en la adición de múltiples capas hasta llegar a forma una figura.
La fabricación aditiva es el ejemplo más claro de la tecnología 3D aplicada a la odontología. Este tipo de fabricación ha sido la última parte del proceso de consolidación de la odontología digital, una decisión comprobada por clínicas y laboratorios dentales, por su alta calidad de impresión, sus bajos costos y procesos de trabajo simples, precisos y efectivos.
La clave del éxito de las impresoras dentales 3D dentro de esta área es la versatilidad en el uso de sus materiales, que puede variar dependiendo la impresora y el uso que se le quiere dar. Ya sea para producir modelos de diagnóstico o para crear objetivos que necesitan precisión más detallada, como modelos para coronas, prótesis fijas, guías quirúrgicas o restauraciones, entre muchos más.
Trabajo dentro de la Clínica
Las clínicas y laboratorios dentales utilizan normalmente tres tecnologías de impresión 3D: la impresión por estereolitografía (SLA), el procesamiento digital de luz (DLP) y la impresión 3D con estereolitografía de baja fuerza (LFS).
En el caso de la impresión 3D con SLA, primero se expone una bandeja de resina líquida de manera selectiva a un rayo láser en el área de impresión que endurece la resina en áreas específicas, y luego reduce la forma creada a una pieza, al separarla del tanque de resina entre las capas. Así se producen dispositivos con un acabado de superficie, claridad y precisión excelentes.
La impresión 3D con DLP por su parte funciona con el mismo proceso químico que la SLA, pero en vez de un láser, se utiliza un proyector digital como fuente de luz para solidificar la resina. Las impresoras 3D más habituales en odontología se basan en la exposición selectiva de resina líquida a una fuente de luz (un láser en el caso de la SLA y LFS y un proyector en el del DLP) para formar capas sólidas y muy finas de plástico que se apilan para crear un objeto sólido.